La problemática particular que presentan las pequeñas y medianas empresas tiene características distintivas y propiedades que las diferencian de las empresas grandes.
O sea, que el qué hacer (producir, vender, financiar, administrar), es similar a las empresas mayores, pero el cómo hacerlo, en muchas áreas, quizás en casi todas, es substancialmente diferente.
Dadas las circunstancias mencionadas, las PYMES necesitan de profesionales especialmente preparados, que puedan moverse en este contexto, capacitados para colaborar en el proceso de transformarlas en organizaciones aptas para dar respuestas a los requisitos de supervivencia y desarrollo de una economía fuertemente competitiva.